Lo que “es” deja de ser para convertirse en recuerdo. Algunos de esos recuerdos, con suerte, trascenderán en percepciones, que quizás podrán permanecer en los sentidos. Pero yo no serán historia, solo percepciones, pasajeras.
Aún no creo entender aquella cercanía entre el sonido y la palabra, más allá de la salida del vacío de lo que creo realidad.
En algún momento los días fueron solo poesía, historias para escribir; momentos para calcar en melodías, y eso he hecho, robándole repuestas al camino. -Sin historias no hay sentido-.
Todo es poesía, todo es una hermosa complejidad. Semanas de inmortal juventud con el sabor del licor y los bolsillos rotos, soñando cada día lograr una linda historia.
Algo de algo quedó, cosas se salvaron. Acá están, como canciones, y palabras.